Monumento no visitable.

Su construcción y fundación en 1628 se debe al Arzobispo don Pedro González de Mendoza, hijo de los prı́ncipes de Éboli, como colegio y residencia de los niños cantores que debı́an participar en las ceremonias de la iglesia-colegiata. La colegiata era un lugar de grandes celebraciones y Fray Pedro, fundando el colegio, no solo ejercı́a una labor de mecenazgo y patrocinio, sino que dotaba al templo con un coro de niños que daban mayor solemnidad a los cultos.

En el colegio se daban lecciones de solfeo, instrumentos, latı́n y otras disciplinas como letras, números y ciencias. Fue uno de los primeros colegios donde se daba una educación reglada de música que hasta ese momento se enseñaba en capillas e iglesias.

Las trazas del edificio fueron dadas por el propio Fray Pedro que lo diseña con planta rectangular, varias alturas, capilla particular y jardı́n posterior. Tenı́a intención de vivir en él: su disposición responde a la idea de palacio o vivienda noble más que a la de una institución pedagógica, pese a que fuera destinado para colegio. La propia existencia de un jardı́n de gran desarrollo lo confirma. El jardı́n es uno de los ejemplos más singulares del legado morisco en Pastrana: recoge la tradición hispanomusulmana del jardı́n-huerto y está realizado en terrazas ascendentes.

En la fachada reconocemos el escudo de fray Pedro González de Mendoza con los atributos propios de su posición eclesiástica, arzobispo y en la parte superior se ve la Virgen de la Salceda, convento franciscano cerca de Tendilla donde Fray Pedro profesó.

Hoy en dı́a el Colegio está muy transformado en su interior y está usado como residencia particular.

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